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martes, 6 de noviembre de 2012
Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol
Sede canónica de la Cofradía Penitencial y Sacramental de la Sagrada Cena desde el año 1965.
Aunque no se conoce el momento preciso de su fundación, cabe suponer, dada la primacía de su santo titular, que fuese una de las primeras iglesias, aunque gozase solamente de la consideración de ermita dada su situación, alejada del primitivo recinto urbano y bordeando el antiguo camino que conducía a Palencia.
Matías Sangrador afirma que “consta su existencia al finalizarse el siglo XII”, pero la primera alusión documental comprobada data del año 1278, cuando el canónigo Ferrán Domínguez ordena en su testamento entregar “a la obra de Sant Pedro çinco moravedis”.
En 1571 el cura párroco manda desmontar al entallador Benito Giralte el retablo mayor del templo “para hazer la yglesia” actual, cuya cabecera está concluida en 1578, momento en el que se paga a Cristobal de Amberes la vidriera “de hazia el prado solano”. Las obras estuvieron paralizadas durante bastantes años, pues en 1606 el maestro de obras Francisco Negrete se comprometía con el cura y mayordomo “para efeto de acabar de fenecer”.
La iglesia mayor de la ciudad ejercía sobre la de San Pedro un tutelaje que consistía en la paga anual de una determinada cantidad para atender a sus necesidades y como durante algún tiempo la matriz se desentendió de su obligación, la parroquia procedió judicialmente contra aquella. Por este motivo se condenó en 1627 al cabildo de la catedral a pagar a la fábrica de San Pedro la cantidad de 400 ducados para ornamentos y otros 150 ducados más cada año hasta que se concluyesen las obras que debieron de ser realizadas por el alarife Francisco Bajo.
En 1634 construye Juan de Répide el coro alto y otras obras de menor importancia que fueron tasadas el año siguiente por Juan del Valle y Juan de Lencín.
Los maestros Antonio Crespo y Tomás Martínez trabajaban en el templo en 1748 y su trabajo fue supervisado por el arquitecto José Morante y costeado parcialmente por el cabildo catedralicio. Finalmente, en 1759, el arquitecto Antolín Rodríguez construyó gratuitamente el camarín existente detrás del altar del Santo Cristo de la Espiga.
Su edificio, modesto exteriormente, construido con piedra y ladrillo, dispone de una sola nave rematada en testero plano y capillas hornacinas abiertas en sus muros laterales. El crucero no se destaca al exterior y toda la cabecera se cubre mediante bóveda de crucería estrellada, con nervaduras de combados muy atrevidos, decoradas con claves pinjantes de estilo renaciente.
La nave se recorre por pilastras de orden toscano que soportan un entablamento volado, sobre el que se disponen vanos termales profundos que facilitan la iluminación del interior. La cubierta consiste en bóveda de medio cañón y el efecto general, excepción de la capilla mayor, es el de un templo clasicista que acusa el influjo de la catedral, permitiendo sospechar la intervención como tracista de algún arquitecto formado en la obra del primer templo de la ciudad, no pudiéndose descartar que fuese el mismo Juan de Répide, que estuvo al frente de la construcción de la catedral.
El coro levantado sobre una bóveda con decoración de yeserías de escaso resalte, se sitúa a los pies de la nave y la sacristía, abierta en el brazo derecho del crucero, se cubre con bóveda de cañón adornada con yeserías muy sencillas, comunicándose con el camarín situado detrás del retablo del Cristo de la Espiga, que dispuso de cúpula sobre pechinas.
La fachada, construida en piedra su primer cuerpo, dispuso hasta 1950 de una pequeña torrecilla, ofreciendo una composición muy humilde en la que sólo destacaba la portada, de gusto herreriano, adintelada y coronada por un frontón triangular en el que se aloja una hornacina con una escultura de San Pedro. En aquel último año se rehizo el segundo cuerpo y se sustituyó la torrecilla por dos espadañas. Finalmente, en 1967, se procedió a forrar con piedra el segundo cuerpo.
En su interior, también se custodian los dos pasos titulares de la Cofradía Penitencial y Sacramental de la Sagrada Cena. El "Jesús de la Esperanza" y "La Sagrada Cena", ambos realizados por el vasco Juan Guraya Urrutia a mediados del siglo XX.
Texto y Fotos: http://vallisoletvm.blogspot.com.es/
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