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miércoles, 13 de febrero de 2013

Iglesia Parroquial de San Miguel y San Julián


Se empezó a construir en 1579, siguiendo los planos del jesuita italiano Giuseppe Valeriani, por los arquitectos también jesuitas Juan de Tolosa y Fernández de Bustamante. Las obras finalizaron en el año en 1591.

Desde principios del siglo XVII fue patronato de los Condes de Fuensaldaña y en 1775 pasó a ser de patronazgo Real. Antes de la actual advocación estuvo dedicada a San Antonio de Padua hasta 1609 y después a San Ignacio de Loyola.


La iglesia es desde 1775 sede de la Parroquia de San Miguel y San Julián, resultado de la unión de las dos parroquias: la de San Miguel, cuya sede estaba en la plaza del mismo nombre, y San Julián que estaba en la esquina de las calles Encarnación y San Ignacio.

El edificio construido en ladrillo, tapial y piedra, es atribuido a Juan de Nates. Es de una sola nave rectangular, con amplias capillas laterales entre los contrafuertes cubiertas por bóvedas de cañón con lunetos, y tiene planta de cruz latina.

La fachada es del diseño habitual de las iglesias jesuitas, consta de dos cuerpos, aletones y frontón, con puerta adintelada coronada con frontón curvo. En ella se encuentran;  el escudo real de Carlos III, el escudo de los Condes de Fuensaldaña, y una hornacina de la antigua iglesia, con una imagen gótica de San Miguel ( finales del sigloXV) y bajo esta el escudo de los Reyes Católicos.

El actual coro alto, al pie de la iglesia, fue construido en 1904. El órgano fue realizado por la Casa Quintín Rufiner de Valladolid en 1919, y el mueble con los tubos y la maquinaria es del siglo XVIII. El conjunto se completa con dos grandes salas cuadradas a ambos lados de la cabecera: el relicario y el antepresbiterio, y detrás de la cabecera: la sacristía y la antesacristía.




En el interior encontramos grandes obras de arte:

El retablo mayor: de finales del siglo XVI, presenta banco, dos cuerpos y ático, con cinco calles separadas por columnas jónicas en el primer cuerpo y corintias en el segundo. Destacan en el retablo las esculturas de San Miguel, San Gabriel y San Rafael, que junto a las de San Pedro, San Pablo, Felipe y Santiago fueron realizadas hacia 1606 por Gregorio Fernández para el retablo de la primitiva  iglesia de San Miguel.


Los retablos laterales: de estilo barroco, fueron ensamblados en 1613 por Cristóbal, Francisco y Juan Velázquez. y contienen también obras de Gregorio Fernández.

El enterramiento de los Condes de Fuensaldaña: en un nicho obra de Francisco de Praves (1611), con las esculturas en alabastro de los Condes arrodillados, obra de Gregorio Fernández (1620). En los cruceros: hay varios lienzos de los siglos XVII y XVIII, y dos retablos de estilo rococó.

En las seis capillas: encontramos pinturas al fresco con motivos decorativos y retablos de gran interés.
En una de ellas se encuentra el retablo de la Buena Muerte, de estilo barroco y perteneciente a la escuela granadina, con el grupo central del Calvario que puede ser de Pedro Sierra, una Piedad de 1738 y un Cristo Yacente de Gregorio Fernández.

La capilla de enfrente contiene un retablo realizado hacia 1660. En el primer cuerpo se halla una imagen de la Magdalena penitente realizada en 1664 y atribuida a Pedro de Mena.

En las otras cuatro capillas encontramos dos retablos de estilo rococó del siglo XVIII y dos retablos barrocos del mismo siglo.


En la sacristía: de grandes dimensiones, encontramos: un retablo pintado, lienzos de los siglos XVII y XVIII, algunos obra de Diego Valentín Díaz y de Felipe Gil de Mena, y una gran cajonería del siglo XVII.

El relicario: al que se accede desde la sacristía, es una sala cuadrada con las paredes cubiertas de bustos de santos y de reliquias dentro de urnas. Tiene un retablo de mediados del siglo XVII, en cuyo ático se encuentra una imagen del siglo XV de la Virgen realizada en  alabastro.


Es sede de la Cofradía de El Descendimiento y Santo Cristo de la Buena Muerte, fundada en 1939.













Texto: http//valladolidweb.es
Fotos: Mauro urdiales

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