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miércoles, 18 de marzo de 2009
Los imagineros de la Semana Santa
Gregorio Fernández
Figura culminante de la escultura barroca castellana y maestro
indiscutible de los Pasos de Semana Santa.
Sin conocerse la fecha exacta de su nacimiento, parece ser que fue
en el mes de abril de 1576 en Sarria (Lugo).
Se ha considerado que Fernández ya llegó a Valladolid con el oficio
aprendido en su Galicia natal. Pocos son los datos de la formación
del artista en estas tierras. Martín González enumera dos focos
escultóricos importantes en Galicia: Santiago de Compostela y
Orense, destacando este ultimo, donde Juan de Angés el Joven
(seguidor de Juan de Juni) había establecido su taller a partir
de 1587.
Hacia 1600 llega Fernández a Valladolid, tenía entonces 24 años,
entrando en el taller de Francisco del Rincón que era el escultor
más prestigioso de la ciudad en ese momento y cuyo taller se
encontraba en la Puentecilla de Zurradores (actual calle Panaderos).
Trabaja en el taller de Rincón como oficial o asociado, pero
también les unía amistad, ya que a la muerte de Francisco del
Rincón (16 de agosto de 1608), Fernández se hizo cargo de la tutela
de su hijo mayor, Manuel, al que enseñaría el oficio de escultor.
Gregorio Fernández contrajo matrimonio en 1605 con María Pérez
Palencia. De ese matrimonio nacieron sus dos hijos, Gregorio
(que falleció a los cinco años de edad) y Damiana.
En torno a 1608 están en su taller oficiales como Agustín Castaño,
Pedro Jiménez y Pedro Zaldívar.
A partir de 1624 la salud de Fernández comienza a deteriorarse,
episodios de falta de salud en el escultor que se repiten en 1625 y
1627, una enfermedad de la que no se conocen muchos datos y
que hacía que el escultor dejase de trabajar, pero en cuanto se
recuperaba un poco volvía al trabajo interrumpido.
El fallecimiento de Fernández tuvo lugar el martes 22 de enero de
1636. Fernández había adquirido en propiedad una sepultura en 1622
en el Convento del Carmen Calzado, para el que había realizado
diversos trabajos.
Hizo testamento y codicilo, ante el escribano Miguel Becerra.
Gregorio Fernández es el prototipo de artista religioso y
profundamente creyente en la sociedad de la España del Barroco,
participaba en muchas obras de caridad y colaboraba con limosnas.
Para tallar sus obras se inspiraba en los escritos de San Ignacio
de Loyola, Fray Luis de Granada, el Padre Luis de la Puente, las
Revelaciones de Santa Brígida y la Biblia.
Para la policromía de sus obras contó con la colaboración de
diversos pintores: Diego Valentín Díaz, los Hermanos Francisco y
Marcelo Martínez, Jerónimo de Calabria, Miguel Guijelmo, Pedro
Fuertes, Estancio Gutiérrez y otros.
(Continuará mañana)
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1 comentario:
Este insigne imaginero no necesita más entradas en un blog (muchísimas).
Un saludo.
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